jueves, 6 de enero de 2011

RELATO DE AMOR.

Victoria lleva los pelos alocados por la lluvia pero no le importa. su deseo es llegar lo más pronto posible a clase. Hoy veré a Isabella y a la loca de Violeta que no para de ilusionarse con chicos que solo piensan en fiestas y en tirarse a la primera que vea.
Víctor hoy anda risueño y muy metido en sus pensamientos abstractos. Verá a su amigo Dan que no deja de presionarle para que vaya a una fiesta loca y se enrolle con unas cuantas. Desde que Katherine le iignora el anda sumergido en su yo más prfundo cuestionándose su xistencial vida amorosa pensando en lo estrepidosamente fracasada que es.
¿Por qué no desea más de mí con todo lo que he hecho por ella? Por un momento la vida no le es importante y aprieta el acelerador.
Victoria anda cruzando la calle por el paso de cebra con la mente n otra parte. De pronto un torrente de agua la sacude y una moto casi la atropeñña teniendo que abalanzarse hacia el suelo.
Se asusta. Mira al conductor de la Vespa. Oye mira por donde vás le dice a gritos. El chico se baja de la moto y se disculpa cortesmente. Lo siento iba... iba... no sé no tengo disculpa. Se produce algunos segundos de silencio.
Al menos podrías presentarte chico de la vespa dice Victoria con la voz muy potente.
Soy Víctor e iba a  la facultad de informática aquí al lado.
Yo voy a psicología y no quería llegar tarde, es mi asignatura preferida y parece que ya no voy a llegar.
¿Quiéres que te lleve? Luego te pudo invitar a un café si lo deseas dice el chico. Quiero compensarte por esto.
Victoria le mira a los ojos fijamente como si fuese a analizar su mente por completo y asiente con la cabeza.
Víctor le ayuda a recoger sus cosas del suelo y le monta atrás suya. Victoria le agarra la cintura con mucha fuerza. No sabe lo que le pasa por su cabeza pero su presencia pegada a ella le debilita, siente que su mundo se desmorona.
Sus amigas andan dándole toques y mandándole mensajes pero a ella no le preocupa. Ahora son Víctor y ella.
Un día normal, un 13 de septiembre se conocieron.
Los dos pensaron al unísono. Me encantan los días normales como éstos.

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