Hoy es un día de esos que no para de llover pero me encanta. Los días lluviosos en los que me quedo en casa y no paro de mirar de vez en cuando por la ventana me hacen pensar y meditar sobre lo efímero que es la vida y que hay que vivirla sin preocuparse demasiado y dejarse llevar. Aunque sea un fin de semana cualquiera para mí es especial simplemente porque yo vivo el momento para bien o para mal.
Muchas historias se han vivido bajo la lluvia y esos besos tan románticos bajo un día lluvioso son muy especiales, esos labios mojados por las gotas de agua calmando de sed la pasión descontrolada de dos personas enamoradas.
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